lunes, 17 de agosto de 2009

GALLETAS DECORADAS I (LA MASA)

A pesar de que nada de lo que os voy a contar es un secreto, que yo sepa no hay nada publicado en español sobre las galletas decoradas. O por lo menos yo no lo he encontrado. Me he tenido que buscar la vida “literalmente” leyendo muchos libros y vistando muchas páginas web. También, he tenido la suerte de encontrar a gente muy buena, como Bea de Cancún Cookies, que me ayudó desinteresadamente y a la que nunca le agradeceré lo suficiente sus consejos. Os recomiendo que visitéis su blog para admirar sus creaciones. Pero por mucha ayuda que haya recibido, por mucho que haya leído, y me hayan explicado, no hay nada como la propia experiencia, aprender de los errores y sobre todo práctica. Mucha práctica.


las galletas decoradas tienen que llevar una alta proporción de harina, para que sean firmes y consistentes, y que resistan la humedad y el peso de la glasa. Es decir, unas galletas “todoterreno” , que aguanten el “tipo” y que encima estén ricas. También tienen que ser gorditas, como mínimo 0,6 cm. de grosor y uniformes, para que al cubrirlas con la glasa, ésta tenga el mismo espesor en todos los lados de la galleta y quede bien lisa. Pero sobre la glasa os voy a hablar en otro tutorial que haré en breve.

La receta de mis galletas la saqué de la web del Cakes Cookies & Craft Shop, pero yo le he hecho un par de modificaciones.


GALLETAS DE MANTEQUILLA PARA DECORAR


INGREDIENTES: (cantidades para 35 ó 40 galletas grandes de entre 8-10 cm)


250 gr. mantequilla a temperatura ambiente (leer A)

250 gr. azúcar glass (leer B)

1 huevo XL a temperatura ambiente (leer C)

650 gr. harina tamizada (leer D)

1 chorrito de leche para ligar la masa (leer E)

Aroma al gusto del consumidor (leer F)


PREPARACIÓN:


1.- Con la pala, batir la mantequilla a velocidad 3 durante por lo menos 1 minuto. Parar la máquina y bajar con una espátula lo que haya en las paredes y haya quedado en la pala y batir a la misma velocidad durante otro minuto . (foto 1)


2.- Cuando veamos que la mantequilla tienen una textura suave, bajar la máquina a velocidad 1, e ir incorporando el azúcar tamizado a cucharadas, sin prisa pero sin pausa. El azúcar tardará en integrarse totalmente. Cuando lo haga, volver a subir a velocidad 3.


3.- A lo mejor tenemos que para la máquina en un par de ocasiones para bajar los que quede pegado en el vaso, pero el batido no deberá durar más de tres minutos. Pasado este tiempo la mantequilla habrá blanqueado, aumentado ligeramente su volumen, y tendrá una textura esponjosa. (foto 2)


4.- En este momento pararemos la máquina y le añadiremos el sabor deseado, así como el huevo ligeramente batido muy poco a poco, y batiremos a velocidad 1 hasta que esté integrado. Si necesitamos, pararemos la máquina para bajar lo que haya quedado en las paredes.


5.- Comenzaremos a añadir la harina a cucharadas, a la velocidad más baja posible y de la misma manera que incorporamos el azúcar, sin parar la máquina, pero sin pausa. Cuando estemos llegando casi al final de la harina, la masa comenzará a “desmigarse” (foto 3). En este momento incorporaremos un chorrito de leche (foto 4) y batiremos de nuevo hasta que se haya ligado la masa, formando una bola (foto 5) y se haya despegado de las pareces del bol (foto 6). No puedo poner exactamente cuánto es un chorrito, ya que depende de cómo nos haya quedado la masa de desmigada. Depende de la humedad de la harina y de la temperatura ambiente. Pero yo le echo como tres cucharadas soperas, aunque a veces le he echado menos, y otras más. Si nos pasamos con el "chorrito" y nos queda muy húmeda echarle un poco más de harina, pero lo ideal es ir echando la leche muy poco a poco.


Cuando hayamos conseguido una masa uniforme, colocamos sobre la encimera un papel de hornear y sobre él la masa de las galletas. Le daremos a la masa forma redonda y chata y la cortaremos en cuatro trozos iguales (foto 7) . La masa deberá estar pringosa (debido a la mantequilla)... pero no pegajosa (foto 8).


Reservamos tres trozos, y nos quedamos con uno de los trozos y con las manos le damos forma rectangular (foto 9). Colocamos otro papel de hornear encima y estiramos la masa con un rodillo (foto 10). Yo utilizo un rodillo de silicona de la marca Wilton que tiene una gomitas a los lados, con diferentes tamaños, y que sirven para conseguir que la masa, en toda su superficie tenga un grosor uniforme ( primera foto). Cuando consigamos el grosor deseado, guardamos esta masa en la nevera entre los dos papeles de hornear, y procedemos de la misma manera con los tres trozos restantes.


La masa debe dejar enfriar en la nevera un mínimo de 3 horas ( si queremos también podemos congelar la masa, pero a mi no me gusta). Debemos colocarla de tal manera que no coja ninguna arruga ni se doble, y siempre el trozo más grande en la parte inferior. Lo ideal sería que nos cupiera la bandeja de hornear en la nevera y podemos meter los cuatro trozos uno sobre otro.


A mí me gusta dejar la masa en la nevera de un día para otro (la he llegado a dejar dos días) primero, porque así no me parece tanto trabajo, y porque me parece que la consistencia de la masa es mucho mejor. Cuando la voy a utilizar, al haberla estirado, la puedo usar directamente de la nevera, es decir, que solo le tengo que para el rodillo por encima una o dos veces, por si la masa hubiera perdido un poco la forma, y empiezo a cortar las galletas.


Retiro el papel de la parte superior y cortamos las galletas con un cortador (G). Las colocamos todas las galletas del mismo tamaño sobre la bandeja de hornear, ya que no todas las galletas tardan el mismo tiempo en hacerse. Con esta receta, encuentro que la mayoría de las veces la galleta se pega al cortador y se levanta fácilmente. Pero si no es así, cortamos la mayor cantidad de galletas posibles y retiramos los recortes. Con la espátula especial para galletas, o bien con la mano ( si la masa está bien fría) podremos colocar directamente las galletas sobre la bandeja de hornear. Esta receta al no llevar ningún tipo de levadura, la galleta no se extiende mucho, pero hay que dejar un par de centímetros de separación entre galleta y galleta. No es necesario colocar papel de hornear en la bandeja de las galletas, tan pronto las saquemos del horno, y cuando todavía están calientes, las despegamos suavemente de la bandeja y las dejamos reposar durante 5 minutos ya no se pegaran . Nos parecerá que están un poco blandas, pero endurecerán al enfriar.


Los recortes sobrantes, los uniremos, estiraremos entre dos papeles, y enfriamos en la nevera por lo menos 15 minutos. Estos recortes los podremos utilizar 3 veces más, pero la textura de la galleta no será la misma, y quedará un poco correosa. También afectará a la superficie de la galleta, que no quedará tan lisa, como las galletas que cortamos de una masa estirada solo 1 vez.


La bandeja de galletas ya cortadas la debemos de meter de nuevo a enfriar, a dejarlas 15 minutos en nevera o 10 minutos en el congelador. Este paso es “obligatorio” ya que sino las galletas perderán la forma.


Precalentar el horno a 180º e introducir la bandeja de hornear (H) durante un mínimo de 10 minutos . Este es el tiempo de cocción que indica la receta original, pero eso depende del tamaño de las galletas. Hay que tener en cuenta que todas las galletas que coloquemos en la bandeja deberán ser del mismo tamaño, ya que no todas las galletas tardan el mismo tiempo en hacerse. Lo ideal para las galletas que yo hago, que son de una media de 10 cm, son 18 minutos de horneado. Pasados 15 minutos hay que estar muy pendiente ya que 1 minuto más o menos puede ser la diferencia entre una galleta perfectamente horneada y una galleta quemada.


También deberemos conocer bien nuestro horno, primero si la temperatura es correcta (para ello utilizaremos un termómetro de horno que os indique la temperatura exacta) y segundo si nuestro horno calienta uniformemente, de lo contrario, pasada la mitad del tiempo de cocción deberemos girar la bandeja 180 grados. También os recomiendo utilizar un reloj de cocina con alarma ( a mí siempre se me va el "santo" al cielo).


Cuando las saquemos del horno hay que tener en cuenta que las galletas se siguen tostando, por eso, si nos quedan un poco claritas, las podemos dejar enfriar sobre la misma bandeja, sino, con que las dejemos reposar cinco minutos, ya la podremos mover ( con la espátula especial de galletas) a enfriar a una rejilla.


Personalmente me gusta dejarlas enfriar dos horas como mínimo, antes de decorarlas o congelarlas. No soy muy partidaria de congelar galletas, prefiero hacerlas frescas, pero si tienes muchos pedidos, pues puedes ir adelantando el trabajo. ¿Se nota mucho en el sabor que las galletas están congeladas?......personalmente creo que es una cuestión de gustos, y solamente se nota si comemos juntas una galleta congelada y una recién horneada. Por poneros un ejemplo, es como el pan congelado, que está muy rico y nos lo comemos perfectamente, siempre y cuando no tengamos pan fresco al lado. Es muy importante que en el mismo lote de galletas no haya galletas frescas y galletas congeladas, porque entonces sí que se notaría.


Se pueden congelar las galletas recién horneadas y frías en tappers herméticos entre hojas de papel de hornear, durante tres semanas. Cuando las vayamos a utilizar las ponemos directamente sobre las rejillas, a temperatura ambiente durante al menos dos horas antes de decorarlas.


También he leído que las galletas se pueden congelar, cortadas y sin hornear, simplemente añadiéndoles unos minutos más a la cocción, pero esto no lo he hecho nunca. Las galletas decoradas, no se deben congelar.


OBSERVACIONES Y ACLARACIONES:

(A) MANTEQUILLA: La temperatura ambiente de la mantequilla ( aunque suene a perogrullada) se consigue solo dejando el paquete de mantequilla fuera de la nevera. No hay atajos. No sirve acercarla a algo caliente, ni meterlo en el microondas. No queremos mantequilla derretida, ni mantequilla blanda, sino mantequilla a temperatura ambiente. Y ¿cuándo tiempo tardará la mantequilla en estar a la temperatura deseada?, pues eso depende. Depende del lugar en donde vivamos, y de la estación del año, y de la temperatura de la cocina. La mantequilla estará lista cuando la presionemos con el dedo, y esta no “oponga” resistencia. Por supuesto la mantequilla debe ser lo mas fresca posible, ya que no queremos que nuestras galletas sepan a rancio, después del trabajo que nos van a dar. Este proceso es algo que lleva su tiempo, como el enfriado y el secado de las galletas, pero podemos adelantarlo, solo un poco, quitándole el envoltorio a la mantequilla y cortándola en cubitos.

(B) AZÚCAR GLASS. Por su puesto que se puede utilizar azúcar normal, pero por mucho que bata la mantequilla con el azúcar, nunca he conseguido que se disuelva totalmente, y por otra parte, tampoco es bueno batir demasiado la mantequilla y el azúcar, así que es más fácil utilizar azúcar glass industrial. El azúcar glass, produce una textura totalmente lisa en la galleta, que la hace mucho mas agradable a la hora de comerla y más bonita a la hora de verla. El azúcar glass deberá estar tamizado.

(C) HUEVO. El huevo también tiene que estar a la misma temperatura que la mantequilla, de lo contrario se nos cortaría la mantequilla ( aunque se soluciona echándole una cucharada de harina), pero nos podemos acordar perfectamente de sacar la mantequilla y el huevo en el mismo momento de la nevera. Si solo tenemos huevos medianos, podemos utilizar 1 huevo y una yema.

(D) HARINA. Yo no he leído en ningún sitio que la harina que se le echa a las galletas tiene que estar tamizada, pero personalmente me parece que queda muchísimo mejor, además al tratarse de tanta proporción de harina, hay que darle tiempo a la mantequilla a que la absorba, y por eso creo que si echamos la harina en pegotes, esto no va a facilitar su incorporación.

(E) LECHE.. Al tener esta receta una alta proporción de harina, cuando terminamos de incorporarla toda la masa queda un poco desmigada ( como cuando mezclamos la harina con la mantequilla fría para hacer una masa quebrada), por lo que si le añadimos un poco de líquido, en este caso un poco de leche fría, la masa va ligando.

(F) SABORES, aquí podemos utilizar los sabores que mas nos gusten, vainilla, limón, naranja, canela nuez moscada, jengibre. Esto depende del gusto de cada cual, lo que tenemos que tener claro es que el sabor que le pongamos a la galleta tiene que “pegar” con el sabor que le pongamos a la glasa.

(G) CORTADORES: Yo utilizo cortadores de acero. Es mejor no mojarlos ni meterlos en el lavavajillas, porque se oxidarían. Así que después de utilizarlos los repaso con un trapito húmedo y los seco con papel de cocina. Para asegurarme de que están bien secos, cuando apago el horno, los meto durante 10 minutitos mientras se está enfriando. Tened la precaución de no quemaros al retirarlos ya que estarán muy clientes ( os lo dicen mis dedosJ)

Tengo mas de 100 cortadores de galletas, de todos los tamaños y para todas las ocasiones. Los he ido comprando a los largo de estos meses, en Inglaterra o en Estados Unidos. En estos links podéis encontrar dónde los encontrarlos. Karens Cookies y Cakes Cookies & Craft Shop . Seguramente habrá otros sitios, pero a mí me funciona muy bien comprarlos aquí.

(H) BANDEJAS DE HORNEAR. Existen unas bandejas especiales para galletas. Se trata de unas bandejas totalmente lisas, con solo un borde para poder agarrarla y que tienen dos capas, una de ellas que permite la circulación del aire para que la base de las galletas se hornee uniformemente. También tienen que ser de color claro, por ejemplo de aluminio, ya que los colores negros atraen mas el calor, no hornean uniformemente y queman las bases de las galletas. Lo ideal es tener tres o cuatro bandejas de hornear, ya que tendremos, una en el horno, otra con las galletas que salen del horno, otra enfriando en la nevera, y otra para colocar las galletas.

Las bandejas tienen que estar frías cuando coloquemos sobre ellas las galletas, ya que si están calientes, esto haría que la mantequilla se derritiera, y las galletas perderían su forma. Si no tenemos varias bandejas para hornear deberemos enfriar debajo del grifo la bandeja y secarla totalmente entre cada hornada.


Espero que esta "especie" de tutorial os haya gustado, y sobre todo que os haya servido para hacer vuestras galletas. Dentro de un par de semanas os pondré la segunda parte: la del delineado y la glasa del relleno.

DECORACIÓN DE GALLETAS CON GLASA REAL

Tal y como os comenté, algunos de vosotros me habías pedido que explicara cómo decoré los Gingerbread Men de la semana pasada. Aunque yo también soy novata en esto de la decoración de galletas, he “investigado” y he leído mucho porque me fascina este tema. Tal y como dice Ana, aquí en España apenas hay tradición “galletil”, y ya no hablemos de tradición de decorar galletas, que es inexistente. Aquí va el paso a paso, en este caso es una decoración bastante simple. Esta es solo una, de los muchos tipos de decoración que existen para las galletas.

Partiremos de la base se que ya hemos hecho la masa de las galletas, las hemos horneado, dejándolas mas bien tostaditas (si no están bien hechas se humedecerán con la glasa y se terminarán rompiendo) y las hemos dejado enfriar, casi mejor de un día para otro.

Después de esto, lo primero que debemos hacer es la glasa real (royal icing). La glasa real es simplemente clara de huevo con azúcar glass. Es un tipo de decoración muy versátil, que cuando se seca puede llegar a durar años sin estropearse. Debido a las posibles contaminaciones que puede ocasionar el comer huevos crudos, es preferible utilizar claras de huevo pasteurizadas (las que venden envasadas en Mercadona).
Foto 1: El azúcar glass, a ser posible industrial (no vale hecho en casa con Thermomix), deberá estar perfectamente tamizado, ya que si tiene grumos, luego se nos tupirá la boquilla por la que debe salir la glasa. No hay una cantidad exacta de azúcar por clara de huevo, depende del tamaño de la clara, de la humedad de azúcar, y sobre todo de la consistencia que queramos darle. Pero es aproximadamente 200 gr. de azúcar por cada clara. Si nos queda muy espeso, tan solo con añadirle unas gotas de agua, la haremos más ligera. Si es demasiado ligera, le podemos continuar añadiendo azúcar glass, hasta conseguir la consistencia deseada.

Foto 2: Aunque no es absolutamente necesario yo también le añado una cucharadita de cremor tártaro por cada clara de huevo, porque le da una textura más suave, de lo contrario, la glasa quedará un poco “granulosa”.

Foto 3: Batimos a velocidad media /alta la clara de huevo y cuando este empezando a espumar, le añadimos la cucharadita de cremor tártaro y continuamos batiendo hasta que esté totalmente disuelto.

Foto 4: Empezamos a añadir el azúcar glass tamizado, poco a poco con una tacita, bajando con una espátula todo el azúcar que vaya quedando en las paredes del vaso

Foto 5: Continuamos batiendo y añadiendo el azúcar poco a poco.

Foto 6: Hemos conseguido una consistencia ligera. Si quisiéramos podríamos utilizar esta glasa, para galletas que tuvieran una gran superficie para decorar. Primero haríamos el contorno de la galleta con una glasa que tuviera una consistencia fuerte, y cuando se secara podríamos rellenarlo con esta glasa más ligera, y lo dejaríamos secar, para continuar decorando por encima.

Foto 7: Si queremos darle sabor a la glasa, le podemos poner una cucharadita de zumo de limón (colado), al gusto. No añadirlo nunca directamente a la clara de huevo, ya que el ácido del limón haría que se “cociera” el huevo. Si en vez de añadir el limón, queremos añadirle extracto, podemos hacerlo, pero teniendo cuidado de que sea incoloro, de lo contrario cambiaría el color de la glasa si la vamos a utilizar blanca (si la vamos a colorear, no es tan importante). Recordad que cualquier gota de líquido que le añadamos a la glasa, le cambia la consistencia, así que hay que estar pendiente en este paso. Además, el añadir el limón ayudará al secado de la glasa.

Foto 8: Después de añadirle el extracto de limón, le hemos añadido más azúcar, para conseguir una consistencia media.

Foto 9: Y he seguido añadiendo azúcar y batiendo, para conseguir una consistencia fuerte. Es decir, que la glasa no se caiga de la varilla.

Foto 10: Cuando consigamos la consistencia deseada, lo pasamos a un bol y lo cubrimos con papel film, de manera que esté totalmente en contacto con la glasa. Lo podemos conservar hasta 2 semana en la nevera (si utilizamos claras pasteurizadas). Si lo vamos a utilizar directamente, simplemente lo cubriremos con un paño de cocina húmedo. Si lo dejamos al aire, se secará y se formará una costra dejando la glasa totalmente inutilizable.

Foto 11: Repartimos la glasa en tantos boles como colores necesitemos. Utilizamos colorante sólido y vamos mezclando hasta conseguir el tono que queramos. Si añadiéramos colorante líquido, empezaríamos con una consistencia muy fuerte, ya que el líquido iría cambiando la consistencia

Foto 12: En este caso voy a utilizar, glasa blanca, roja y verde.

Foto 13: Preparamos las mangas desechables y vamos cortando las puntas, dejándolas listas para colocar los acoples.

Foto 14: Colocamos la boquilla y cerramos el acople.

Foto 15: Con una espátula metemos la glasa en cada manga que teníamos preparada.

Foto 16: Cortamos el exceso de plástico de la manga, para que nos sea más fácil manipularas, y mientras no las utilizamos las cerramos con una pinza de clip.

Foto 17 y 19: Tener preparada la mesa con tijeras, pinzas, sprinkles variados, perlitas de azúcar, azúcar de colores, boquillas para poder cambiarlas, espátulas, colorantes para tener todo a mano y no tener que levantarse.

Foto 18: También se debe cubrir las boquillas con un pañito húmedo para que no se seque la punta mientras no las utilizamos. El pañito húmedo también nos servirá para limpiar la boquilla después de cada uso

Foto 20: Colocar las galletas listas para decorar sobre un paño de cocina limpio, tener otro lugar para ir colocando las galletas terminadas para que se vayan secando. Dependiendo de la decoración tardarán aproximadamente 2 horas. Cuando esta decoración se seque durará casi indefinidamente.
Espero que os haya gustado este paso a paso y que os haya servido para decorar vuestras galletas.

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